El rol de la producción animal en la resistencia antimicrobiana

El uso de antibióticos es una práctica común para acelerar el proceso de crecimiento de los animales llevando una mayor producción, además de ser el medicamento más usado para combatir diferentes tipos de afecciones relacionadas con bacterias, lo que ha empezado a causar un problema de resistencia severo que está empezando a preocupar al sector agropecuario y de salud humana.

Al hablar de esta problemática a nivel mundial, es necesario destacar que el uso excesivo de antibiótico afecta tanto en el ámbito de salud animal, humano y ambiental como el comercial y de producción, por lo que las diferentes instituciones relacionadas con el tema de la producción alimentaria, la salud y el medio ambiente han empezado a tomar acciones.

Pero para entender a fondo el problema es importante conocer qué es la resistencia antimicrobiana y sus consecuencias.

¿Qué es la resistencia antimicrobiana?

La resistencia antimicrobiana o RAM, es el fenómeno en el que las bacterias, presentan cambios en su estructura biológica debido a la larga exposición a antibióticos, lo que les permite contrarrestar los efectos, haciéndose ultraresistentes o inmunes. Esto sucede por la gran taza de reproducción de las bacterias, lo cual permite que puedan desarrollar mutaciones que nulifiquen el efecto de los antibióticos. Se ha encontrado que algunas bacterias son capaces de inducir mutaciones al reproducirse cuando se encuentran expuestos a un estímulo negativo como los antibióticos.

Al volverse inmunes los microorganismos, los medicamentos se vuelven ineficientes ante las enfermedades que pueden llegar a presentar los animales o los seres humanos, lo que hace más difícil tratarlas y que su periodo de actividad sea mayor.

Razones por la cuales es un problema la resistencia antimicrobiana

Esta resistencia antimicrobiana se está volviendo un problema a nivel mundial que atenta contra la salud pública de forma alarmante, ya que cada año miles de personas mueren por causas relacionadas con agentes microbianos y que para el 2050 podrían llegar a ser 10 millones de fallecidos por año.

Con base a estos datos, la Organización Mundial para la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) han puesto en marchas diferentes campañas para eliminar o reducir el uso de medicamentos antimicrobianos con el fin de combatir los efectos de inmunidad a nivel salud humano, animal y ambiental.

Esta crisis de salud relacionada con la resistencia antimicrobiana se ha acelerado principalmente por el uso excesivo (y en algunos casos sin supervisión de profesionales) de antibióticos para la aceleración de la producción agropecuaria.

Uso de antibióticos en la producción animal

El uso de antibióticos es una práctica muy común en la producción animal tanto para tratar infecciones como para promover el crecimiento de los animales. Aunque no se sabe exactamente por qué el uso de antibióticos aumenta el crecimiento de los animales, en general se considera que su funcionamiento está ligado a tres acciones clave en el intestino: reducción del consumo de nutrientes por el microbiota, eliminar a los patógenos oportunistas y el evitar la secreción de factores anti nutricionales por parte de los microorganismos. Esto ayuda aumentar la ganancia de peso obteniendo mayores rendimientos.

Aunque el uso de antibióticos para tratar o curar enfermedades no es una mala práctica, es importante que los productores sean responsables al suministrar el medicamento. Se debe evaluar la sintomatología del animal o realizar pruebas para estar seguro que éste padece de una infección bacteriana que justifique el uso del medicamento, evitando dosificar de forma preventiva e innecesaria. De igual forma, se recomienda eliminar el uso de “cócteles” o combinaciones de distintos antibióticos, usando únicamente el medicamente adecuado a la dosis recomendada por el fabricante.

El abuso o mal uso de los antibióticos en la granja puede llevar a generar resistencia, obligando al productor a usar dosis cada vez más altas para obtener los rendimientos anteriores.

Transmisión a los humanos

Aunque existen estudios que demuestran que la resistencia a las bacterias en humanos está relacionada con la automedicación, también es cierto que cada día estamos expuestos a bacterias resistentes que se encuentran en los productos agropecuarios que consumimos. Estos pueden llegar hasta nuestro intestino, teniendo contacto con los organismos patógenos que en él habitan, a quienes les pueden transmitir los genes de resistencia a través de plásmidos. Esto puede ocasionar que tengamos infecciones que no se puedan tratar con antibióticos convencionales, causando problemas de salud prolongados o hasta la muerte.

Es por esta razón que la lucha contra el uso indiscriminado de antibióticos, tanto en la salud veterinaria como en la salud humana, ha empezado a tomar mucha más importancia, al punto de que algunos organismos regulatorios, como la unión europea, ha prohibido el uso de antibióticos como promotores de crecimiento en la producción animal y se está apostando por del desarrollo de soluciones más amigables con la salud.

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