Existen sustancias tóxicas para humanos y animales de origen biológico; es decir, que son producidas por organismos vivos. Estas toxinas biológicas, denominadas biotoxinas, pueden ser producidas de manera natural por algunos tipos de bacterias y hongos que afectan seriamente el desarrollo ganadero. La avicultura está en constante expansión, desde la producción de pollos de engorde hasta gallinas ponedoras, lo cual ha coincidido con un aumento turbulento en la contaminación de biotoxinas en el alimento y el agua fresca para aves de corral.
Por este motivo, las endotoxinas, exotoxinas y micotoxinas se han convertido en las sustancias tóxicas de mayor interés en la industria avícola para crear métodos de prevención y compuestos antagónicos que bloqueen su absorción para conservar la salud animal.
Las enterobacterias, son el grupo de bacterias Gram negativo más importante en la salud de las aves. Estas contienen en su estructura moléculas llamadas lipopolisacáridos (LPS), es decir, endotoxinas que se encuentran en la membrana celular. Muchas de ellas forman gran parte de la flora intestinal de los animales sanos, pero bajo ciertos factores como estrés por calor o interacción con otras biotoxinas, hay una translocación de endotoxinas que comprometen la barrera intestinal [10].
También, las heces fecales se convierten en una fuente de contaminación de los piensos, ya que se forma un bioaerosol tan potente, que se ha detectado incluso en la sangre del personal y puede provocar una reacción inflamatoria en el tracto respiratorio de las aves de corral. De igual manera, se especula que tienen un rol importante en la acumulación de líquido en la cavidad abdominal de los pollos y gallinas, mejor conocida como ascitis. Entre las especies patógenas están Salmonella, Escherichia coli, Pasteurella y Pseudomona, que ocasionan diarreas hemorrágicas, cólera aviar, fiebre, hipertensión de los pulmones, entre otras [3].
Por otro lado, debido a que no tienen membrana celular, las bacterias Gram positivas solo producen exotoxinas (sustancias que secretan al exterior de las células). En el caso de Staphylococcus aureus, se produce enterotoxina A, la cual ha sido encontrada en productos de pollo en el supermercado y el tratamiento térmico a la hora de la cocción no elimina estas biotoxinas, presentando un riesgo potencial para la salud humana [7]. Las exotoxinas, a diferencia de las endotoxinas, son secretadas por bacterias y cantidades pequeñas pueden ser muy letales, como en el caso de Clostridium Botulinum, que produce siete tipos de toxinas (de la A a la G) ingeridas a través de cuerpos de agua contaminados y provoca botulismo aviar, una enfermedad que es a menudo mortal [8].
En el caso de los hongos Aspergillus, Fusarium y Penicillium, que son productoras de micotoxinas – sustancias tóxicas de origen fúngico – comúnmente se desarrollan en cultivos de cereales como el trigo, el sorgo, el maíz y el arroz, utilizados para producir el alimento de las aves, este termina contaminado por estas moléculas en cantidades que atentan contra el bienestar del organismo animal, ocasionando grandes pérdidas económicas en las prácticas avícolas debido a sus efectos negativos en los rasgos productivos y fisiológicos de las aves. [4,10].
Las aflatoxinas (siendo las más tóxicas B1 y M1) son las moléculas con mayor incidencia en la industria avícola, las cuales han demostrado ser agentes cancerígenos y teratogénicos, es decir, que provocan malformaciones en el nacimiento de las crías [2,9]. Más aún, la aflatoxicosis en aves de corral tiene consecuencias fatales para la producción, conduciendo a distintas sintomatologías como inactividad, anorexia, agotamiento, problemas de crecimiento, diarrea, arqueamiento de espalda, rigidez, necrosis en tejidos, cirrosis, hemorragias en los riñones, entre otras [5].
Aditivos adsorbentes como método de detoxificación
El uso de aditivos incorporados al alimento ha sido uno de los métodos más prometedores para la evitar la absorción de biotoxinas en el tracto intestinal de los animales y así impedir la deposición de residuos tóxicos en diferentes tejidos comestibles. El fenómeno de quimi-adsorción, se efectúa dentro del organismo animal con una tendencia a unirse a las micotoxinas, formando compuestos inestables, inertes o irreversibles que son eliminados a través de las heces fecales [6].
Solo en Estados Unidos, las cantidades invertidas a la investigación y actividades relacionadas con el monitoreo de estas biotoxinas son de alrededor de $500 millones a $1.5 billones de dólares anuales [1]. La presencia de biotoxinas no es solo una amenaza para los sistemas productivos y la economía de la industria ganadera, sino también para la salud pública. Las biotoxinas son las causantes de la mayoría de los problemas de la industria avícola, por lo tanto, es esencial evitar el consumo de estos alimentos así como hacer uso de adsorbentes en las formulaciones y las dietas de las aves de corral.
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Bibliografía
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[2] Babu D., & Muriana, P.M. Sensitive quantification of aflatoxin B1 in animal feeds, corn feed grain, and yellow corn meal using immunomagnetic bead-based recovery and real-time immuno quantitative-PCR. Toxins 6:3223-3237. 2014.
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[3] Ghimpeţeanu, O. M., Tolescu, A., & Militaru, M. Aflatoxin and Ochratoxin contamination in poultry-a review. anatomical and radiological study of some characteristics of the pony and the horse autopodium, 308. 2012.
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